Casi siempre es el tiempo
de superar lo imposible
pero ocurre que nos engañamos
para no verlo.
Siempre hay un momento
para atravesar ese confín
que en forma de horizonte
señala el inexperto empujar
de la vida que nos queda por delante
y al que llegamos
con el leve y cansado arrastrar
de los peros de lo pasado.
Ni bisectriz, ni secante,
tan sólo un paso y luego otro
a cada lado del antes
y del tiempo que queda por venir.
Transitar así todos los cruces,
tomar decisiones teniendo en cuenta
las posibilidades de triunfo o fracaso,
la elección heterogénea,
el error personal o colectivo,
en la esperanza de que sea
contemporáneo al acierto.
En la vía principal y en todos
sus desvíos y recodos secundarios
si arriesgas encontrarás la hora
del tiempo de lo posible.
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