Yo creía
firmemente
ser
feliz instalado
en algún
lugar remoto,
situado
a medio camino
entre la
soledad y la melancolía.
Que
equivocado estaba,
lo he
descubierto ahora
que vivo
la maravilla
de
compartir contigo
nuestras
cálidas noches
de todas
las estaciones...
He sacado
a la luz
profundas
manifestaciones
que no
sabía que existiesen
surgiendo
de mis genes,
al saberme
prendado
de este diseño
del querer
que
juntos hemos creado...
Envueltos
en fragancias
de
exquisiteces
llenas
de placer y ternura
pasan las
jornadas
y nuestras almas
resplandecen
como
huellas flagrantes
en los
ojos de los que aman
y se
saben amados.
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