jueves, 10 de enero de 2013

JAURÍA



No soporto a esa
estridente jauría
que desde los púlpitos
mediáticos
se empeña en silenciar
las preguntas,
los matices,
los murmullos
cargados de dudas
y las alternativas...  
Si alguna vez
pudiéramos hacer
callar ese ruido
oiríamos la auténtica
verdad caer
como la lluvia de otoño
limpiando la vida
de espectros,
oiríamos hablar
a nuestros sueños
y se abrirían las ventanas
a un mundo mejor.
Si se callase el ruido
de los que nunca dicen
nada que valga la pena
quizá podríamos
hablar entre todos
y soplar en las heridas,
quizás entenderíamos
que aún no han podido
robarnos la esperanza.

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