Me quedé tumbado
en la cama
contemplando tu anatomía,
y me perdí en el suave
contemplando tu anatomía,
y me perdí en el suave
murmullo de tus sueños.
Y soñando desde ti
descubrí que mientras duermes
las mariposas revolotean
sobre tu vientre
y el cascabel de tu ombligo
y el cascabel de tu ombligo
es miel de abejas
creada bajo la magia
de mi estupor secuencial.
Eras la distancia justa
Eras la distancia justa
para que un impávido latido
fuera el imán
que deslumbrase mi cercanía
y en esa quietud celebrada
a dos centímetros de ti
quisiera conspirar siempre
con la piel que te exhibe
desde cada ilusión
que te llene de vida.
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