El ser humano
que habita en mi piel
no necesita
saberse fuerte o valiente
para sentirse hombre.
La conciencia
que me anida dentro
prefiere vivir
como propias las víctimas
de cada injusticia
mostrada en los telediarios
y penar con el desconsuelo
de aquellos que nunca
tendrá el honor de conocer.
El concepto de hombría
donde me reconozco
sabe de derrotas
pero no de renuncias
y se afirma superviviente
a pesar de los golpes
que le han sangrado
demasiadas veces el corazón.
Sólo de esta manera
he podido ser posible,
sólo así me siento victorioso
después de probar el sabor
de tantos fracasos
con que la vida obsequia
al que se empeña
en hacer realidad sus sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario