de los bosques
los pájaros trinan
deseando para nosotros
momentos que en verdad
nos corresponden.
Me dicen que también
se escucha al oleaje
susurrarle a las rocas
su concepto de la verdad
mientras espera vernos
abrazados en la arena
que el mar nos ofrece.
Los calendarios eliminan
entre sus párpados
sombras de duda
para transbordarme
cerca del fondo abisal
donde tú me llevas
y yo me entrego.
Incluso tiembla
de emoción la tierra
celebrando no hacernos
añorar nada que no sea
el deseo de tenernos
en la indefinida duración
de lo que seremos.
Sueñan las nubes
poder estar a salvo
del dolor del mundo
por el hecho tan sencillo
de que estamos juntos
y la sensación que les produce
observar cómo me miras.
En todo eso pienso
cuando a veces
un soplo de tristeza
me nubla los ojos
y Chet Baker me dice
que estoy solo
en el lienzo de la noche.
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