de ida y vuelta
por el sendero
de nuestro destino,
las huellas que dejamos
jamás se borran
y un día vuelven
para darnos las gracias
por lo bueno y lo malo.
Las equivocaciones
nunca erraron,
ni los aciertos
hicieron jamás diana.
Todo lo que nos ocurre
fue como quisimos
cuando éramos
polvo cósmico
en el principio del caos.
Y el camino de vuelta
dura toda la vida...
1 comentario:
Bonito... de una gran sensibilidad. Lo importante del camino es hacerlo convencido, sereno y con grandes ilusiones de volver a caminar en el.
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