tras el balcón,
aromas de humedad
impregnan
la tierra que respiro
y te hallo en esa fragancia
que está presente
en tus raíces profundas
de mujer modelada
con el barro de los dioses.
La lluvia cae con fuerza,
y llega la nostalgia
acompañando los ecos
de un pensamiento
sumido en los recuerdos.
Las gotas se deslizan
por los cristales,
y en su recorrido
es como un símbolo
de mis dedos viajando
por tu piel serena
de mujer irreductible...
En este preciso instante
siento el eco de dos latidos
paseando su silencio
mientras se buscan
en los colores del arco iris.
Percibo también
dos labios entreabiertos
que se juntan,
regando lo más hondo
de dos corazones
que florecen renacidos
en compañía.
Llueven emociones,
sentimientos, esperanzas
tras los cristales de mi balcón,
y ojalá sea una promesa
de otras tardes parecidas
en las que no hará falta
recurrir a los sueños,
porque serás realidad
reafirmada entre mis brazos.
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