Nadie pensó que la dictadura durase tanto tiempo. Muchos de los que sobrevivieron a esos años frenéticos acabaron definitivamente en el exilio y un manto de silencio se extendió sobre ellos. Luego, con la llegada de la democracia llegó la esperanza, algunos decidieron volver. Pero nadie se ocupó de ellos. La España que tan injustamente les trató volvió a dar otra vuelta de tuerca a la injusticia, en aras de una reconciliación entre españoles que nunca podrá ser efectiva si se basa en el olvido. No ha habido ninguna petición de perdón por lo que les hicieron, se nos están muriendo poco a poco sin que les sea reparado de alguna manera tanto sufrimiento...
Para muchos ya será tarde, pero quedan algunos. Y están sus hijos, sus nietos, que lo necesitan para encontrar una paz en la que no han podido vivir desde que nacieron.
Comenzamos a ver la luz al final del túnel. Están las medidas tomadas recientemente por el juez Garzón, con el fin de descubrir qué se hizo con las víctimas de la represión. Y ayer aprobó el gobierno una disposición que casi está pasando desapercibida, pero que puede calificarse de histórica: Los hijos y nietos de los españoles que, por razones políticas o económicas, se exiliaron entre el 18 de julio de 1936 (fecha de inicio de la Guerra Civil) y el 31 de diciembre de 1955 (fecha en la que el Gobierno ha fijado el final de "la inmediata posguerra") tendrán al menos dos años de plazo para optar a la nacionalidad española que perdieron sus antepasados. La medida se calcula que afectará a medio millón de descendientes de españoles y supone la puesta en práctica de una de las disposiciones contenidas en la llamada Ley de la Memoria Histórica. Por qué se ha esperado tanto para llevar a la práctica algo tan razonable y coherente es un misterio, pero bienvenido sea. No pierdo la esperanza de que algún día podamos brindarle a esa generación magnífica el homenaje que se merece.
1 comentario:
A mi también me da mucha rabia.
Por culpa del fascismo, de Franco y de su censura, europa evolucionaba y crecía tanto económica como culturalmente, quedándonos detrás...
Eso se ve reflejada en lo poco abierta que es nuestra cultura, donde siempre se mira raro y se margina a alguna tendencia nueva o radical, en nuestro sistema de vida tan precario en comparación a pasises europeos como los escandinavos por ejemplo y a que los comerciantes españoles nos ponen en sus tiendas las mismas ropas, la misma música, la misma mierda desde hace muchísimos años (por eso cuando vemos algun guiri con una camisa rara o unos tennis innovadores, nos quedamos abobados mirando).
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