Poesía es contemplar el océano
mientras el astro rey se despide
sumergido dichoso en una ola
para encontrarse con el horizonte.
En este escenario donde la paz
es conjunción de geografía y reflexión,
los colores de la tarde nos regalan
reflejos de anhelos ardientes
allí donde el mar se hace centella.
A esa hora en la que languidece el día,
mientras la marea acaricia mis pies,
le pregunto a las primeras sombras
por el misterio de la dimensión justa
que transforma el lenguaje en poema
y consigue estremecer en cada frase.
Porque ser capaz de escribir los sueños,
vestir las palabras con sutiles aromas
y desnudar los sentimientos del mundo,
es experimentar el mágico poder
que atesoran trágicamente los poetas:
Una vez se traspasa esa puerta,
la suerte nos puede jugar malas pasadas:
reside en encontrar la palabra justa,
o sufrir la sutil condena de los dioses,
de sentir que la fuente se ha secado.
mientras el astro rey se despide
sumergido dichoso en una ola
para encontrarse con el horizonte.
En este escenario donde la paz
es conjunción de geografía y reflexión,
los colores de la tarde nos regalan
reflejos de anhelos ardientes
allí donde el mar se hace centella.
A esa hora en la que languidece el día,
mientras la marea acaricia mis pies,
le pregunto a las primeras sombras
por el misterio de la dimensión justa
que transforma el lenguaje en poema
y consigue estremecer en cada frase.
Porque ser capaz de escribir los sueños,
vestir las palabras con sutiles aromas
y desnudar los sentimientos del mundo,
es experimentar el mágico poder
que atesoran trágicamente los poetas:
Una vez se traspasa esa puerta,
la suerte nos puede jugar malas pasadas:
reside en encontrar la palabra justa,
o sufrir la sutil condena de los dioses,
de sentir que la fuente se ha secado.
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