jueves, 18 de diciembre de 2025

POESÍA: A LA MANERA SURREALISTA


Piensa un árbol 

un pájaro 

una pena, 

piensa niebla 

pájaro que teje 

tejados en invierno, 

imposible salvar el error

buscando el poema. 

La memoria 

es una alcantarilla, 

el ingenio ciego. 

Un ave despista el sentido

y desmenuza 

el orden de tu mano. 

Al lado una anciana 

saciada de memoria 

estalla. 

El viento ―no de nadie 

no de todos―

alarga hasta tu mano 

su morir. 

Un hijo pródigo 

atraviesa la frontera

del no con su recuerdo, 

minutos después 

el poema

―que es el pájaro― 

entra en casa, 

le enseña la pena 

en una escultura 

de madera, 

el vértigo del huerto, 

negro huerto ofrecido 

en usufructo 

al caminante. 

El Alzheimer de la madre 

diseñando 

idiomas propios, 

madriguera y pena 

repartida entre hermanos. 

En la mesa están 

sus manos con vistas

a la nada, 

en el suelo están 

sus pies dibujando 

un fino círculo 

de aire o de agua, 

un hablar enredado

en palabras cerradas, 

árbol pájaro pena. 

Imposible no perder 

la memoria

no perder la memoria

perder la memoria

perder la... 

La alegría se enroscaba, 

cuando decía Memoria 

decía lápiz 

y el poema entendía lápiz, 

es el tiempo del lápiz

y lo frágil. 

Aquella mañana 

buscando poemas

el lápiz se rebeló

―ninguna pena detendrá 

el pájaro ni el árbol. 

Y ahora aquí

¿para qué buscar 

cuando el poema 

es algo incorpóreo

que la memoria borra

porque el calendario

no entiende de poesía?

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