Algo que alguna vez
has hecho
has dicho
o has pensado
está teniendo
sus consecuencias ahora:
Aquella rama rota
un girasol arrancado
la lluvia que un día
llegaste a maldecir
aquel deseo de hacer
desaparecer en un instante
los mares y las montañas
y llegar antes de tiempo
ahí donde creías
que todavía bailaba el amor.
Incluso lo que no haces
no dices
o no piensas
está teniendo
sus consecuencias:
La flor que nunca riegas
la belleza del jardín
que encuentras
donde esperabas ver
tierra yerma
esa belleza que callas
los caminos abiertos
que ahora ya no recuerdas.
En el bosque
los árboles se derrumban
bajo el peso de la tormenta
y los pájaros prenden
fuego al nido
con sus alas incandescentes
porque ya no sabes
detenerte
para imaginar la lluvia.
En el mar
las ballenas flotan a la deriva
y tú ignoras que sus vientres
podrían haber dado a luz
aquel mundo más justo
que ya no ansías.
Bajo tierra
los topos han perdido
el apetito
y sus presas se pudren
como los sueños
que ya no persigues.
No hablo de culpas
lo que intento decirte
es que es justo
en el centro de tu pupila
donde se está
destruyendo el planeta.

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