Tengo que encontrarte,
poema oculto,
sé que duermes
en las hojas muertas
de los libros,
de las historietas,
de los poemarios,
de las fábulas,
de las pinturas,
de las recetas.
Estás ahí,
solo tengo
que darme cuenta.
Bajas por los techos,
por los focos
por los codos,
por las puertas.
Te camuflas
en las palabras,
en las acciones
justas y oportunas.
Te espío sin alcanzarte,
poema que se quiebra.
¿Me enseñarías
tu ola dorada
si te lo propusiera?
Poema de la sustancia,
poema de los cambios
sé que habitas
entre mi lengua.
Inspiración:
¿me acompañarás
hasta el momento
en el que pueda
escribir algo?

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