miércoles, 31 de diciembre de 2025

HISTORIAS MÍNIMAS: FIN DE AÑO


– ¿Y las uvas?  – me preguntaste. ¿Este año no nos comemos las uvas o qué?

Me dieron ganas de llorar. No había pensado en las uvas. Ni se me había ocurrido que quisieras comértelas. Te habías pasado toda la tarde somnolienta mientras yo alternaba la mirada entre la puerta de la habitación, tu respiración sosegada y la tele, donde ahora estaban dando uno de esos programas de fin de año horteras que no soporto. Justo en el momento en que formulaste tu pregunta los presentadores empezaron a dar las instrucciones. “Que nadie se equivoque en los cuartos” – advirtieron. Se acercaba el momento, y yo no había pensado en las malditas uvas.

– ¡Pues claro! – te contesté con una sonrisa forzada.

Las uvas. ¡Pues claro! Repetí enfadado para mis adentros. ¿Por qué íbamos a saltárnoslas este año? Ya que no estábamos celebrando la Nochevieja, por lo menos que nos comamos las uvas. A ti estas cosas te dan igual, so rancio, pero a los demás les hace ilusión.

Me marché pidiendo para mis adentros que por favor les hubieran sobrado uvas de todas las que habían repartido hacía un rato. Todavía no podía creerme que hubiera estado tan bajo de reflejos como para no pedirlas antes. Era como si tu dolor me hubiese anestesiado el cerebro.

Regresé a tu cuarto con el tiempo justo para levantarte la cama y erguirte. Me miraste a los ojos y te dediqué una media sonrisa. Había conseguido algunas uvas. La enfermera me las había dado con un “anda queee” cariñoso. Empezaron los cuartos. Esperamos en silencio. Sonó la primera campanada y nos metimos la primera uva en la boca. Sonó la segunda y ya no alcancé a oír el resto. Estaba demasiado concentrado en deshacerme del nudo que tenía en la garganta.

Nos felicitamos el año nuevo. Nos abrazamos. Nos besamos. A falta de champán, me bebí mis lágrimas. No quería que las vieras. Se te veía feliz. ¿Por qué no iba a estarlo yo también? Me preguntaste cuántas me había comido. Creo que te mentí. Nos acabamos las que sobraron mientras el 2026 se desperezaba. Y ésas fueron las últimas uvas que te comiste.

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