Donde había mineros,
ahora nos encontramos
con un paisaje vacío,
abandonado y sin vida.
Donde las pescadoras
recogían el producto
que luego irían
a vender casa por casa,
solo queda el ejemplo
de una de ellas
tallada en bronce.
Donde estaban
las tiendas de artesanos,
ya no hay nadie
que las recuerde siquiera.
Donde había actividades
de todas clases,
solo hay actividad
de turistas haciendo fotos
a lo que ya no existe.
Donde existía la idea
de que una nueva generación
aprovecha los logros
de la anterior
para seguir avanzando
en todos los campos
de las convicciones, los derechos,
el pensamiento positivo
y la organización social,
el mundo está sufriendo
un serio retroceso
del que no se vislumbra
cual será el final.
Todo tiene una seria
posibilidad de empeorar,
así que cuando empezaron
de nuevo a culparnos
por lo mismo que nos culpaban
en la era de los fascismos
me puse en lo peor.
¿Les suena
la ley mordaza?
Pues ahí sigue vigente:
El ejemplo vivo
de que también
los que se definen
como progresistas colaboran
con sus granitos de arena
en este caminar de cangrejos.

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