viernes, 14 de noviembre de 2025

PINTURA: ZDZISLAW BEKSÍNSKI


Zdzisław Beksinski (1929-2005) fue unos de esos autores oscuros y personales que conseguían sacar belleza de las pesadillas. Son sus pinturas odas a la decadencia, la fragilidad de la vida y la constante presencia de la muerte. Están llenas poesía secreta compuesta de carne putrefacta, sangre y óxido. Es el caso de este coche abandonado en lo que parece un paraje desértico postapocalíptico que evoca un pasado y casi predice un terrible futuro. Es lo que se llamó realismo fantástico, una etapa de su carrera caracterizada por escenas inquietantes, un ambiente surrealista en la que está siempre presente la muerte o la corrupción, con figuras deformadas o esqueletos. Porque esto que vemos aquí entre esa niebla ocre viene a ser el esqueleto de un coche ya muerto.


Ejecutó sus dibujos y pinturas de un género que él mismo llamó barroco o gótico. El primer estilo es dominado por la representación, los mejores ejemplos vienen de su periodo de realismo fantástico, cuando pintó imágenes distorsionadas de un ambiente surrealista y de pesadilla. El segundo estilo es más abstracto, con las características principales del formalismo.


El artista fue uno de los más importantes pintores contemporáneos de Polonia pero a finales del siglo XX la tragedia golpearía su vida como si fuese uno de sus cuadros. Tras quedarse viudo, su hijo Tomasz se suicidó y poco después el propio Beksiński sería asesinado por un vecino adolescente al que no quiso prestar algo de dinero.

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