Los temas predominantes de Maximilien Luce son paisajes y escenas urbanas que representan el mundo de la clase trabajadora. Esta pintura fue realizada en 1896, en una época en la que el artista pintaba escenas de la “País Negro” de Bélgica, una región devastada por la minería del carbón y una década de huelgas violentas. Sin embargo, bajo el pincel de Luce, el cielo contaminado sobre Charleroi y el lúgubre tramo de ribera del río Sambre se transforman en una composición luminosa y colorida.
Luce, junto con los pintores Georges Seurat, Paul Signac y Camille Pissarro, fue uno de los fundadores del neoimpresionismo, un movimiento que amplió la fascinación de los impresionistas por recrear los efectos de la luz a través del color, ideando un enfoque sistemático para la aplicación del pigmento basado en el estudio científico de la luz y el efecto prismático de los colores. Los neoimpresionistas utilizaban una técnica de pincelada punteada llamada puntillismo para crear vibrantes armonías de color con puntos de pigmento que se fundían a la vista del espectador.

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