No vivas en la tierra
como un inquilino,
ni en la naturaleza
al modo de un turista.
Vive en este mundo
cual si fuera la casa
de tus padres,
cree en los granos
en la tierra, en el mar...
Y, pese a todo,
también en el hombre.
Ama la nube y el libro
y, pese a todo,
ama al hombre.
Siente la tristeza
de la rama que se seca,
del planeta que se extingue,
del animal inválido.
Y siente ante todo
la tristeza del hombre.
Que todos los bienes
terrestres
te prodiguen la alegría.
Que la sombra y la luz
te prodiguen la alegría.
Que las cuatro estaciones
te prodiguen la alegría.
Y pese a todo,
vive para que el hombre
te prodigue la alegría.
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