¿Cuánto tiempo
le has dado la espalda
al mar que mordisquea
tus tobillos
ofreciéndote su boca?
¿Cuánto hace
que olvidaste
el olor de la sal,
el óxido verdinegro
de sus algas,
la oscura invitación
de sus gemidos?
Te veo desde una colina.
Como tras un naufragio,
tus maderas se pudren
en una playa grisácea,
llena de arbustos
muertos y de conchas.
¿Cuándo te levantarás
de tu tristeza,
barquichuela?
¿Cuándo responderás
a la insistente
sonrisa del agua
que te ladra?
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