lunes, 22 de septiembre de 2025

POESÍA: INICIO DEL OTOÑO


Con cuidado y cautela 

mordisqueo

el borde marchitado 

de las frutas

que el inicio del otoño 

aún me ofrece. 

Son romos sus contornos,

pero es dulce la mezcla 

del jugo y la saliva,

y es mansa la lengua 

que entrelaza

la carne comestible

y el fonema que puede 

designarla. 

Hay paz 

en el desprendimiento

del fruto de su rama,

y hay paz en el desgarro 

de un cuerpo que atraviesa 

su propia finitud

para, obstinadamente, 

reiterarse en cuerpo. 

Nombro la suavidad 

de unos albaricoques 

que, olvidados al sol,

autorizan su propia 

podredumbre;

hay paz en los insectos

que liban el azúcar 

de sus pieles,

en su reblandecerse 

y en su oscurecimiento, 

hay paz en el breve 

expandirse del zumo 

por el cuerpo feliz,

definitivo de los frutos. 

Es posible 

que se esté celebrando 

una ceremonia

de despedida, 

el árbol sabe

que ha de retomar

su ciclo de vida

y empieza la adaptación

para la llegada del invierno. 


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