Marta recoge la mesa y se va a abrir su ordenador. Se despide de su marido, que ya está chateando en el suyo y apenas se miran al pasar.
Encuentra enseguida a Teseo esperándola al otro lado de ese puente de palabras construido con tanto cuidado, con tanto amor. Le dice “te quiero” y toca la pantalla con mano temblorosa. Oye teclear a su marido en el otro cuarto.
Se acuesta tarde, culpable y feliz; el marido también, tras despedirse de Ariadna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario