Cuando hoy se conjuga el verbo “comparar” es para considerar siempre al que tiene más que nosotros sin ni siquiera reparar en cómo lo habrá conseguido, incluso si lo habrá hecho apagando la luz de su conciencia... Pareciera que cada día se valora menos el concepto de los méritos, el esfuerzo y la perseverancia, incluso en ciertos ámbitos esas premisas han desaparecido. Y así llegar a la conclusión de que nosotros, por ser nosotros, tan especiales como somos, mereceríamos mucho más de lo que tenemos. Pocas veces en el discurso público contemplamos la posibilidad de compararnos con quienes no solo estuvieron en peores condiciones, sino que toda su vida lucharon para legarnos algo mejor de lo que tuvieron ellos, aunque jamás hayan salido en los medios, aunque no hayan sido personajes públicos, protagonistas habituales de la radio, la televisión o,en la actualidad, las redes sociales. Esos y esas han de ser nuestro ejemplo. A ellas y ellos deberíamos aspirar a parecernos para seguir la cadena y transmitir a otros los valores que nos transmitieron.
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