domingo, 4 de mayo de 2025

POESÍA: MIRAR, OLER...


Caminar sobre la yerba que el próximo agosto se encargará de dorar. Llegar a un sitio tranquilo y parar a mirar. Mirar. Solo mirar y oler, más que escuchar, oler el plomo que hay sobre nuestras cabezas del que huyen las asustadas gotas hacia el perenne aluminio que está a nuestros pies. Oler. Lo que la humedad hace con las madreselvas y con la parda tierra. Con las raíces de los árboles y con los lomos de los perros que se restriegan en ella. Oler. Cómo escapan las flores o las vergüenzas. Oler. Lo que las estrellas provocan en las alas de las aves, en los pensamientos de los insectos. Mirar. Cómo caen silenciosas las gotas causando torbellino, revelando el sin sentido. Mirar. Cómo los tréboles confiesan sus secretos a la lluvia. Mirar. La desaparición del sol en vida, la arena con su vientre marchito. Oler. La ceniza y sus cambios de color, la verdad antes de llegar a cualquier boca. Oler. Las manos cuando tocan un cuerpo, el tiempo que regresa violento. Oler. La lápida que se convirtió en camino y las pupilas jugando a ser viento.

Mirar. Oler.

El amor,

el cariño,

la caricia,   

la ilusión. 

Sólo eso. 

Tan sólo eso. 

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