Cuando he perdido algo, nunca lo he encontrado al ponerme a buscarlo. He aprendido a darle tiempo al tiempo porque terminará por aparecer de la manera más inesperada. O no aparecerá nunca, con lo que el esfuerzo que supone la búsqueda no sirve de nada. Así que, basado en mi experiencia, mi consejo es dejar de buscar las llaves, de buscar las gafas, de buscar el amor, de buscar a los difuntos en los rostros de aquellos o aquellas con los que nos cruzamos en la calle. Mejor sentarse a esperar a que den con nosotros, cuando lo consideren conveniente.
Claro, que otra cosa sería perder miles de millones en acciones de tu empresa porque por muy millonario que seas, resulta que eres un idiota que se mete en un gobierno formado por otros idiotas como tú y que se dedica desde el primer momento a idear idioteces propias de ultraderechistas idiotas. En ese caso entiendo que el protagonista deje todo el enredo idiota que tiene entre manos para ponerse a buscar los miles de millones perdidos. ¿Verdad, Elon Musk? Lo que estoy seguro que no hará nunca será ponerse a buscar la conciencia o una entidad moral que ha demostrado de sobras que no tiene. Probablemente porque no es que las haya perdido, sino porque la gente de esa clase no las han tenido nunca.
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