sábado, 29 de marzo de 2025

POESÍA: INSOMNIO


Tumbado en la cama

como un borracho

en el callejón, 

pienso en todo

lo que no fue. 

Pienso que los cadáveres

no piensan

yo no me reconozco

pero puedo pensar

en todas las cosas

que se mueven, 

el coche de los asesinos

huyendo de su víctima, 

el amante abandonado

amando su mano, 

el suicida temprano

rodeado por su horca, 

el poeta inmóvil

escribiendo su insomnio

en el lado derecho

de la cama, 

ser o no tener dudas

en la madrugada. 

Lo que se mueve

hacia la muerte

se escucha de lejos,

estar quieto parece mentira, 

yo una vez supe

yo una vez sabía

mirar hacia arriba,

pensar en diagramas

dibujar un mapa

del país interior

ocultar la tristeza

en medio de palabras

antes que esas palabras

me pudieran ahogar.


La noche cribada

de señales remotas

avanza inexorable

trayendo consigo

un sonido que parece

la risa del tiempo

y no es otra cosa

que el viento en la ventana, 

pájaros que empiezan

a cantar sin motivo, 

pasos vacilantes

en el piso de arriba, 

agua corriendo

en las cañerías,

agua que busca su cauce

que baja hacia el barranco, 

que borra la memoria, 

que no lava nada, 

el frío que se guarda

debajo de la piel

no es la muerte, 

no es el día, no es la llave

que abre la herida

que adorna el pecho

apenas estalla como

una rosa dormida

que hace del silencio

su modus operandi, 

que hace de la noche

su manto de vértigo, 

que hace de mi sangre

la razón de su sed. 

Y yo que creía

que caer era volar, 

y yo que pensaba

que ver para querer. 

Y yo... ¿Para qué?


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