lunes, 24 de marzo de 2025

POESÍA: AMA DE CASA


Poner lavadoras

y llorar.

Fregar los platos, 

poner lavadoras, 

y llorar

con la ropa limpia.

Toda la familia tiene

la loza limpia, 

la ropa limpia.

Que no ocurra

un desastre en la cocina,

que no se queme

la comida como

una especie

de Notre Dame doméstica. 

Roja choza que late

al ritmo de un tambor

espumoso. 

Asombroso equilibrismo

de economía doméstica, 

loza con café, 

con cereales,

con lo que se tuerce,

que te duele la tripa,

pues con manzanilla:

el milagro de la Camomila

y llorar.

De profesión, sus labores, 

en esos términos

te calificaban, 

Madre de tu madre,

madre de tu hija,

madre de ti misma,

siempre parte

de una familia

que te ha creado siempre

un único espacio

donde desarrollar tu vida

para satisfacer

los deseos, los sueños, 

las necesidades de otros. 

El piso reluciente

y el olor a limpio

que deja la lejía, 

abecedario amniótico

para las mentes

que te han denominado

ama de casa

y dan por supuesto

lo que has de hacer

y la manera

en que debes hacerlo. 

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