sábado, 15 de febrero de 2025

POESÍA: SUCESOS


Fue en un momento

que mi cuerpo se hizo roca,

que mis ojos se convirtieron

en luciérnagas para volar

fuera de mis cuencas.

Fue un instante

donde mis vellos

se hicieron erizos que rodaron

para perderse en la marea;

y mis uñas se transformaron

en pétalos que cayeron

con mi andar.

Fue ese momento

donde mi risa acabó

al estrellarse con el muro,

resquebrajando el horizonte 

donde aguardaba mi partida.

Fue ahí que mis párpados

crearon alas y corrieron

por el humo del incendio,

dejando mi frente

cubierta de ceniza

y mi nariz escondida

entre las flamas.

Fue un relámpago

que iluminó el cielo,

creando un instante donde

el estruendo hizo espacio;

y ahí mi historia mutó en agua

y el amor vivido se hizo arena

entre mis manos.

En los surcos quebrantados, 

caminó un hilo de mi sangre,

corrió sin dirección

para hacer después materia.

Y a lo lejos se vio un tornado

haciéndome cosquillas, 

buscando una lágrima

que rodeara mi sombra

para hacerla 

un títere de la vida.

Pero antes hubo tallos

enraizados 

entre los escombros 

buscando luz donde crecer.

Las hojas que nacieron

rompieron la acera

y reclamaron lo nuestro.

Atrapé en los relojes 

los minutos hechos 

gotas de papel.

Regresé las manecillas

cada hora para así detener

el atardecer y usarlo

como escudo.

Fui perdón y pecado.

Fui blasfemia y condena.

Fui ese ciclo donde estás

sin darte cuenta 

y que te convierte

en algo que no eres.

Hoy sólo quedan mis huesos 

hechos piedras

y en una de ellas

grabado este nombre

en el que crecí como un río

y que fui llamando mío.

Este nombre que convertí

en un espejo donde

me vi en pedacitos

y fui uniendo

hasta hacerlos escalera,

subir sobre ella y tocar

por primera vez 

en mucho tiempo

las nubes

dibujadas por el sol.

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