Las enfermedades
son la búsqueda terrible
de uno mismo
no puedes realizar
pruebas de filosofía
sin perder los dientes
poco sabrás de tu alma
si no se te ha dormido
la mitad del cuerpo
te volverás territorio
de tu propia aventura
cuando te embosque
un cáncer y asalte
tus entrañas
el día menos pensado.
El día menos pensado
es cuando sientes la caricia
de una alegría inubicable
o cuando no tienes
que hacer ninguna
diligencia burocrática
y hay un enigma
bellamente a salvo.
Las enfermedades sufridas
por todos los seres
compartidas
por animales y plantas
transmitidas por el hombre
y por el zumo vengativo
que dejaron las estrellas
fueron olvidadas incluyendo
a Sodoma y Gomorra,
Hiroshima y Nagasaki
porque resultó
verdaderamente fatídico
que falleciera Marilyn
el día menos pensado
sin una clara percepción
de su tormento.
¿Era una invalidez su belleza?
¿eran infecciosos sus sueños?
De su boca joya afrutada
los hombres deseaban
el sabor y no las palabras
estaba afiebrada con el deseo
de ser maravillosa
y que eso no tuviera
nada que ver
con su impetuosa sinfonía
de músculos y lágrimas.
Su boca joya afrutada
cantaba violín encerrado
en las grutas de Mahler
“En Hollywood te pagan
mil dólares por un beso
y cincuenta centavos
por tu alma.
Lo sé porque rechacé
con frecuencia
la primera propuesta
y demasiadas veces
acepté la segunda”.
Los hombres
que la amaron y soñaron
se dedicaron a morir o a matar
y los que quedan
aún están en eso.
Quienes tuvieron
cercanía con su piel
desaparecieron
el olvido ha caído sobre ella
también la luz se cubre
de hongos y miseria.
El tiempo corroe los adoquines
el asfalto y las escaleras
su rostro sólo es visible
en lo corroído
los ojos del tiempo
son de mármol
y tienen cataratas.
El tiempo llora piedras
y nunca se va a detener
llora porque no pudo
envejecer a Marilyn
y en cambio mi jubiloso
corazón inocente
de los años sesenta
ha envejecido
con ella por dentro
ella caminando en mis abismos
con todas sus pulseras.
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