miércoles, 5 de febrero de 2025

POESÍA: EL REGRESO


Una multitud que camina

con rostros a medio morder,

una multitud que celebra

la supervivencia

y se dirige a contemplar

la destrucción de sus hogares. 

Camina hacia el persistente

aroma del mármol extinto

en un mapa obsceno

donde la no realidad cava

una inmensa fosa

para acoger a sus miles

de víctimas inocentes. 

Pero la dirección

en que explotan las estrellas

les da ánimos,

también los reencuentros

inesperados que se funden

en abrazos llenos de lágrimas. 

Esa alegría ilumina

un máximo oscuro

que lo podrido no ha podido

vencer ni doblegar.    

Un sueño envuelve 

las brillantes miradas:

Lo destruido es su tierra

y volverá a triunfar la fertilidad 

sobre el olor de la sangre

bajo luz solar. 

El hogar sigue vivo

en los corazones humanos

y lo que los una a sus raíces,

su cultura,

sus ansias de libertad.

Y es que sobre la tierra

que pisan hay algo

por lo que merece vivir.

Para ellos es la Señora

de la Tierra

la madre de los comienzos,

la madre de los finales.

Se llama Palestina.

Y así se seguirá llamando

porque la tierra lo merece

y también quienes la aman. 


 

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