Respirar
para limpiar la flema
y el fraude
que tú mismo te crees,
el humor pegajoso
en los reflejos
de una imagen vidriada.
Respirar
este inicio de invierno,
los castaños rociados
de hojas secas
la tierra aspira la lluvia
que cae generosa
del cielo,
una demolición
en la que el mundo
respira la luz.
Declina el tiempo
en el aire de Damasco
donde galopan
los caballos de la guerra
y los niños jadean
por las escuelas derruidas
con un llanto
en los cornetes nasales.
Es imposible respirar
con el gas del odio
respirar con la sístole
y la diástole
del músculo primordial,
el puente con el misterio
que vivaquea
la noche del sentido
en el pretil de la esperanza.
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