sábado, 30 de noviembre de 2024

POESÍA: SI YO PUDIERA


Si yo pudiera elevar un hospicio

contra la desesperanza y el fracaso,

si yo pudiera habitar

los ojos del animal muerto

y devolverles la mirada,

si yo pudiera garantizar la dignidad

de tantos cuerpos despreciados,

si yo pudiera hacer

que mis deseos fueran fuego

y no residuos de fogatas apagadas,

si al menos pudiera evitar

que el desdén, el dolor,

la mentira en jauría

violen la inocencia de la palabra,

si yo pudiera posar

mis labios donde la vida se muere,

escuchar el eco del estallido

primordial en la bóveda del infinito,

si yo pudiera…

Pero solo soy alguien

mortalmente vivo

que en su insignificancia ansía

el calor del sol que lo ignora,

los azúcares de una sed

que no conoce límites, 

alguien que forma parte de esta

fugaz orfebrería vespertina.

No soy más que el mochuelo

que grita en lo alto de la palmera

y que en un instante alzará el vuelo.

No soy más que la pulpa

de los primeros frutos del otoño,

Solo soy alguien, solo alguien

que huye buscándose

en el camino del instante,

alguien que deja caer

un ancla en el piélago

del estremecimiento,

alguien insignificante

que ha de morir,

y que como tú me pregunto

si seré capaz de mantener viva

la llama que se extingue

y hallar en las sombras,

como desearía,

las aladas semillas de la luz,

la gloria de un júbilo que palpita

en la liturgia de la carne.

Solo soy alguien como ustedes,

expuesto a la codicia

de tanta belleza sin motivo.

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