Cada uno ve según
sus ojos recipientes
el vaso medio lleno
o medio vacío,
porque es la mirada
la que resignifica
el reflejo del mundo
y el eco del ser.
Son mis pasos
los que hacen el camino:
caballo y posada
al mismo tiempo
de este paseo
que es la vida.
Como un espejo
proyecto en mi alma
la frágil melodía
de lo pequeño,
el descanso fugaz
de lo sencillo
que se hace instante
mortal en cada verso
que transciende
el sorbo mínimo
y cotidiano.
El resto es asombro,
incertidumbre,
oráculo sagrado y casual
del aquí y el ahora,
la contemplación
en estado puro.
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