martes, 19 de noviembre de 2024

PINTURA: EMIL NOLDE


Ejecutado con pinceladas ricas y vigorosas de color intenso, Herbstmeer XVI (Mar de Otoño XVI) proviene de una secuencia de veinte paisajes marinos creados por Emil Nolde en la isla báltica de Als durante dos campañas de otoño consecutivas en 1910 y 1911. Al presentar visiones espectaculares de cielos ventosos y tormentosos y mares espectaculares y tumultuosos, estas composiciones se centran en la experiencia subjetiva del artista con los elementos, evitando cualquier detalle geográfico identificable en favor de una interpretación sensual y expresiva de la naturaleza.

Herbstmeer XVI se encuentra entre las obras cromáticamente más atrevidas y evocadoras de esta serie, capturando la sensación del poder del mar destrozado por el temperamental clima otoñal, su superficie brillando con colores gloriosos mientras Nolde se deleita tanto con la textura como con el tono de sus pinturas al óleo.

La serie Herbstmeer surgió durante un período de crisis profesional para Nolde, cuando se convirtió en el protagonista central de una discusión con el grupo Secesión de Berlín. Tras la exclusión de la pintura figurativa religiosa del artista Pfingsten de la exposición en la primavera de 1910, Nolde escribió una carta pública de protesta en la que atacaba ferozmente a Max Liebermann, entonces presidente del grupo, desencadenando una cadena de acontecimientos que llevarían a Nolde a ser excluido formalmente de sus actividades expositivas. El artista quedó profundamente preocupado por el incidente; sintiéndose incomprendido, abandonó la ciudad y regresó a Als, que se convirtió en su refugio lejos de la política y las tensiones del mundo del arte berlinés. Fue aquí, rodeado por el paisaje que tan bien conocía, donde se sumergió una vez más en su pintura, lanzándose de cabeza a capturar el carácter único del entorno, sus estados de ánimo cambiantes según la luz y el clima siempre cambiantes.

Para Nolde, que creció en la costa del norte de Schleswig, a lo largo de la frontera entre Dinamarca y Alemania, el mar era una presencia imponente y poderosa, una fuerza elemental de la naturaleza que era una característica importante y recurrente tanto de su vida como de su arte. En Als trabajó desde una cabaña de madera construida directamente en la playa, que ofrecía una vista sin obstáculos sobre el agua circundante. La influencia en estas obras de Van Gogh y Paul Gauguin es evidente. 

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