lunes, 21 de octubre de 2024

PINTURA: JOSEPH WRIGHT DE DERBY



Joseph Wright de Derby, miembro de la vanguardia industrial y creativa del norte de Inglaterra, expuso esta pintura por primera vez en la Real Academia de Londres en 1789 con gran éxito. El lienzo representa a una mujer acunando a su hijo con un soldado de caballería dramáticamente escorzado a su lado. Recién viuda e indigente, la mujer de luto une las manos del niño con las suyas y las de su difunto marido, uniendo sus tristes destinos mientras el sol se pone sobre el bosque. El hecho de que el niño haya dejado de mamar del pecho de su madre sugiere la pobreza que les espera a ambos en una época en la que las mujeres respetables tenían pocas oportunidades económicas. Lo más radical de la pintura en su época es que se le pide al espectador que empatice profundamente con una figura anónima: no sabemos nada de la identidad del soldado muerto más que lo que nos dice su uniforme y la pista de la fecha de que pudo haber caído en la Revolución Americana.

Una nueva viuda entierra su rostro con dolor mientras toma la mano de su marido muerto y acerca sus dedos para tocar los de su hijo ahora huérfano. A lo lejos, la batalla continúa, pero el verdadero drama está entre estos tres y es desgarrador. La mayoría de las pinturas militares se centran en la gloria de los generales y las grandes victorias, y tienen como objetivo despertar sentimientos patrióticos. En cambio, este muestra las sombrías consecuencias de la guerra para un soldado común, y el hecho de que los rostros tanto de la mujer como del hombre estén ocultos los hace representar a todos los soldados y viudas ahora olvidados que sufrieron un destino similar. Sólo el bebé se vuelve hacia el espectador. La gorra blanca con volantes de la mujer, arrojada al suelo con desesperación, es una nota especialmente conmovedora: un pequeño símbolo adornado con cintas de la niña que su marido había amado y de la vida que ahora había terminado para ambos.

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