Lo que canto es la vida.
No te engañen
ni mis palabras ni los ojos,
que cierro algunas veces
y se me van al mar
igual que peces muertos.
Aunque llueva y me duelan
los zapatos por dentro
y tosa y en mi tos oigas
un ruido indescifrable,
canto también la vida.
No te lleve al error ni mi tristeza
de rueda, de algo, de pan
mojado en otra sopa,
ni mi torpe rugido afónico.
Lo que canto es la vida,
si me oyes.
Si me oyes,
aunque cante la muerte,
lo que canto es el hueso
indestructible de la vida.
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