Pienso.
Respiro.
Me muevo.
Como.
Y duermo.
Hablo.
Sonrío.
A veces suelto
una lágrima
o doy un suspiro.
Conduzco mi coche.
Subo y bajo
las escaleras de mi piso.
Ya no trabajo.
Recibo correos
electrónicos.
Voy al supermercado
y pago con el móvil.
Voy al cine.
Sonrío a los vecinos.
Escribo.
Hablo y me responden.
Hay quien me adjetiva.
Pero… yo,
¿Soy yo?
¿O tengo
simplemente cosas
como este nombre
y apellidos,
este cuerpo
que día a día
hago saltar de la cama
a las siete menos cuarto,
lavo,
alimento,
visto
y
le doy cuerda
sin encontrarle
demasiado sentido?
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