Presta atención, detente,
bajo tus pies fluctúan
masas heterogéneas
de minerales, agua,
redes que interconectan
bosques enteros
que alzan sus copas
hacia el cielo
y crecen según el clima
sea ácido o seco,
tóxico, rico o pobre
en nutrientes.
Sus hojas, sus flores,
sus aromas, sus tallos
se retuercen, levantan
y transforman su impulso
siempre vivo.
O se cuartean, crujen,
se agarran a la tierra,
la nutren , la incorporan
y evitan como pueden
que se nos desmorone,
que nos quede aire limpio,
que el suelo sea un pobre
barrido de cemento
con que las carreteras
cortan sus largos lazos,
quiebran sus armonías,
condenan a sus hijos
a aislarse en detrimento
de su propia potencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario