jueves, 29 de agosto de 2024

POESÍA: LA SOMBRA


Hay que ir demoliendo,

poco a poco, la sombra

que vemos. Que nos dieron.

Que nos dijeron: «eres».

Hay que apretar las sienes

entre los dedos. Hay

que asentir a ese punto

—comienzo, duda o hueco—

que yace dentro.

Y es preciso

que en una noche todo arda

—el «eres», el «seremos»—

y un terror polvoriento

nos muestre su estructura.

Es urgente bajarse

de los dioses. Tomar

el fuego entre las manos.

Destruir esos «yo»

que nos presentan

una hilera

de sombras agotadas.

Y dejarse caer

sobre el principio

de la vida. O del sueño.

Ser solamente vida

presente. Sin recuerdo

de ayer ni de mañana.

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