La risa huele
a raíz y a cielo
despejado,
sabe todo
lo que saben
las luciérnagas.
La risa hace volar
las cometas graves
del sueño en voz alta,
desmandadas.
La risa es una comarca
sin gobierno,
un barco
cuya tripulación
es el olvido.
Hay lugares sin daño.
Allí somos grumetes
de barcos de papel
que construimos
en la infancia.
Allí se verifica
que el mundo
tiene dimensiones
de verano,
y el mismo tacto
que la música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario