El autor de "Fusilamientos en la Plaza de Toros de Badajoz" es Martí Bas i Blasi (Barcelona, 1910), quien la pintó casi en tiempo real. Es seguro que en julio de 1937 ya estaba terminada, pues participó en la Exposición de Primavera de Barcelona que se celebró durante ese mes; es decir, menos de un año después de la matanza. Nunca hubo cifras oficiales, pero las estimaciones más comunes apuntan que en la noche del 14 de agosto de 1936 y a la mañana del día siguiente, entre 1800 y 4000 personas fueron asesinadas por las tropas fascistas en unos hechos calificados por varias asociaciones de derechos humanos como crímenes contra la humanidad.
Marti Bas era un hombre muy politizado que se tuvo que exiliar y que incluso estuvo recluido en el campo de concentración de Saint-Cyprien, en el sur de Francia. En realidad, es conocido más bien por su faceta de gran cartelista de la España republicana, pero la Guerra Civil activa una clave bélica en su obra. Esa implicación política fue lo que provocó que un suceso ocurrido tan lejos de su Barcelona natal llegase a sus oídos. La crueldad del acontecimiento le empujó a cambiar los carteles por un lienzo.
Lo que intentó Bas fue representar los dos bandos del conflicto en una obra que consta de dos niveles. En la parte izquierda se puede observar a las clases proletarias (incluyendo a mujeres y niños) siendo asesinadas en el ruedo. Símbolos como la estrella roja o el puño en alto permiten identificar su ideología. A la derecha se reproduce un auténtico friso sociológico donde se divisa a gente de diferentes colectivos sociales entre los que se encuentran curas, guardias civiles, jueces, requetés, personas con vestimenta elegante… En definitiva, una serie de perfiles que el artista asocia al bando franquista. Estos últimos están situados, además, en la zona de sombra del graderío del antiguo coso de Pardaleras, reservado para las clases pudientes al ser los asientos más caros.
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