Érase una vez una princesa pájaro, una princesa mariposa, una princesa mosca.
Érase una vez una princesa en pijama, una princesa en cueros, una princesa en carne viva.
Érase una vez una ventana, un hueco, una salida, un cielo, un grito, un basta, un salto, un silencio.
Érase una vez que ya no habría ninguna vez más.
Érase una vez una trenza recogida, una herida cerrada y unas alas abiertas.
Érase una vez la libertad para ser quien quería ser.
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