La vida no iba en serio
ni siquiera más tarde.
Y no se tarda mucho
en comprender
que se trataba sólo
de unos juegos
para aparcar la muerte.
Además al tiempo
no le gusta pasar
inadvertido,
como si no pasase,
necesita contínuamente
alicientes nuevos
porque vive de envejecerlos.
Tocan tiempos
duros de sequía
aunque el mar espera,
siempre radiante, al fondo.
He creído en los mitos
y he creído en el mar.
Fui feliz
siendo de un barrio
donde conocí el amor.
Me gustó
el blanco y negro
y el jardín de la poesía,
amé a los animales
y preferí a Marco Aurelio
antes que a César.
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