La luz de una estrella muerta
hace que el mundo
viva en una pupila.
Esa mariposa que aletea
en el jardín, según dicen,
puede cambiar la vida
de un chino,
el mismo que fabricó
el papel y el bolígrafo
con los que escribes.
Esa hoja que vuela
va directa a ser cimiento
de un nido de pájaro.
Cada célula de mi cuerpo
está decidiendo ahora
si vive o se convierte
en cáncer y descuelga
de un golpe todos los recuerdos.
La velocidad mira de reojo
a ambos lados
y piensa ensimismada
que la inmovilidad tasca
su freno de aventura.
Alguien te mira
y ves en sus ojos
todas las preguntas.
Tú le miras y ves en él
las que vendrán mañana.
La brisa que pasa
entre dos seres
en un día perfecto
tiene todas las respuestas.
Todo tiene un destino
y al mismo tiempo
no es nada,
potencia pura camino del caos:
solo luz, solo pupila, solo hoja
solo cigarra, solo persona,
completas y terminadas
en lo que están siendo:
el mundo que empieza
y termina en una pupila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario