Los Juegos Olímpicos de París ruedan ya hacia la pista de despegue, quedan poco más de dos semanas para una ceremonia de inauguración muy esperada por la novedad de que no se celebra en un estadio deportivo y tiene su centro en el río Sena. Las autoridades francesas han anunciado que el evento se extenderá aproximadamente durante cuatro horas, con la participación de 205 delegaciones que desfilarán a lo largo del Río Sena. Un desfile de 80 botes marcará el inicio, partiendo desde el Pont d’Austerlitz hasta el Pont d’Iéna, cubriendo casi seis kilómetros de recorrido.
El equipo español se encuentra, a la espera de posibles novedades de última hora, perfilado. Se trata de la segunda representación más numerosa de su historia (382 deportistas), casi 70 más que hace tres años en Tokio (314), aunque, destilada, esta cifra es todavía mejor, puesto que el número récord alcanzado en Barcelona 92 (430) se debió a la condición de anfitriones. Esta vez, todas las plazas han sido obtenidas en cribas internacionales, sin privilegios.
El segundo hito de partida es que, por primera vez, ahora hay más mujeres (192) que hombres (190) en la delegación, un dato que ilustra la pujanza del deporte femenino en España. Solo hace tres años, en Tokio, en una expedición total sensiblemente inferior a la actual, la desproporción a favor de ellos siguió siendo bastante clara: 183-131. Este adelantamiento, o equiparación de hecho, no es más que proporcional a los éxitos recientes, ya que en los últimos tres Juegos alrededor de la mitad de las medallas han tenido nombre de mujer. También a destacar que en las modalidades de equipo España ha clasificado a 11 de los 16 posibles, dos más que en Tokio y Río, y tanto como en Barcelona, cuando fue anfitriona.
El objetivo es superar los 22 metales de Barcelona (13 oros, siete platas y dos bronces). Aunque la confianza es grande, fácil no va a ser porque en las olimpiadas posteriores España no ha pasado de 17 medallas.
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