miércoles, 22 de mayo de 2024

HISTORIAS MÍNIMAS: EL UNICORNIO



Fue un repliegue duro. Una mañana el unicornio se ausentó y al despertarme ya no estaba allí. La tibieza del dormitorio perdió su foco de luz, ese punto exacto donde fijar la mirada. Lo dejé atrás y ahora duermo en otra casa. La conseguí en la distancia justa para que la soledad no sea un síntoma de desesperanza, sino más bien una manera aceptable de vivir. 

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