La criminal invasión de Ucrania por el gobierno de Vladímir Putin, la inhumana respuesta de Benjamín Netanyahu al terrorismo asesino de Hamás, el auge populista en Alemania, Austria, Hungría, Italia, Polonia o España... Los escenarios kafkianos se multiplican. Pensemos en el surrealista ascenso de Javier Milei en Argentina o la amenaza del regreso de Donald Trump en Estados Unidos, aún más inquietante por su connivencia con las tendencias antidemocráticas de los regímenes ruso y chino. El aire de familia con el caldo de cultivo que aupó a los fascismos al poder, hace ahora un siglo, resulta espeluznante. Cuando en la macrovisón de nuestro mundo lo que observamos es esto, los ciudadanos de a pie hemos de plantearnos aún con más convicción y firmeza que la solución a nuestros problemas de convivencia en el día a día han de venir de la mano del respeto y el diálogo. Y además no necesitamos salvadores, sino salvarnos de ellos por nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario