PINTURA: RENÉ GRUAU

Esta obra la considero uno de los retratos femeninos más concisos en la historia de la pintura mundial. Se debe al artista ilustrador italiano René Gruau (1950). 

René Gruau, nacido conde Renato Zavagli Ricciardelli delle Caminate en Rimini, Italia (1909), era hijo de padre italiano y madre francesa, ambos aristócratas que se separaron cuando tenía tres años, mudándose a París con su madre, de la que adoptó su apellido, borrando toda conexión con Italia. Su madre, le presentó a pintores y editores de revistas con las que colaboró desde que era un adolescente.

Después de algunas dificultades y falta de trabajo debido a la guerra, Gruau finalmente consiguió entrar en el pequeño estudio de diseño de Christian Dior. En 1947 se convirtió oficialmente en su director artístico de publicidad, ayudando a la creación de la «Nueva imagen» y logrando una amistad y una colaboración muy exitosa por la que Gruau es recordado principalmente. Su proyecto más famoso para Dior, fue el primer perfume de marca de la casa lanzado en 1949, permaneció reconocible hasta hoy por su cisne con el collar de perlas. Dirigido a una nueva generación, el cisne, que recordaba la decoración de la Francia del siglo XVIII, era un símbolo de renovación. También contratado por los principales diseñadores de la época, como Pierre Balmain, Jacques Fath, Balenciaga, Elsa Schiaparelli, Rochas, Lanvin, Elizabeth Arden y Hubert de Givenchy, Gruau fue acreditado por expandir su popularidad con sus llamativas ilustraciones. Sus imágenes son reconocibles por su firma característica que evolucionó desde su nombre completo hasta la letra G mayúscula y una forma de estrella que dicen se originó en una gota de tinta.

Su estilo y enfoque único, con su uso característico de su poderosa línea minimalista, combinaba la sofisticación seductora con la belleza clásica, la gracia y la elegancia sensual. Sus carteles a menudo hacían eco tanto de dibujos japoneses clásicos como de los bocetos de la vida nocturna de París de Toulouse-Lautrec . El arte de Gruau está marcado con sus líneas fluidas, expresivas y aparentemente simples y fáciles y su capacidad para descomponer a sus sujetos en su esencia, logrando el máximo efecto: cara, boca, peinado, gesto y la estructura de la ropa, todo se describió en detalle , pero privados de innecesarios y reducidos a una economía de medios agraciada. Aún así, las líneas simples y los trazos de pincel amplios no solo eran la característica de su estilo, sino también la forma de una reproducción más fácil de sus carteles.