donde mi sombra
se ata al musgo
y yo doy con los otros.
Baja hasta el fondo
donde expurgo mis huesos
y las raíces de la humedad
borran sus signos.
Estoy en la última
oscuridad divisada,
en la última oscuridad mía.
Y la derrota gotea
y mi grito se iguala al musgo
y mi grito escarba
en mi grito, inútilmente.
Los días se alargan
como una función
sobre la silla en que debo
yo sentarme.
Y yo de pie, de amargo pie
en el festín donde todos
comen.
Riéndose, conquistándose,
aplaudiendo.
Y yo entro a buscarme un sitio
y lo único en mí es un animal
hecho de rejas.
Un animal girando
sobre sus muertes.
La bestia desató su boca
y me veo saliendo
otra vez de mí
como si me echaran
esposado de mi madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario