martes, 16 de abril de 2024

REFLEXIÓN: EL CAMBIO


Tengo fe en la recuperación, el que tiene capacidad para aguantar, tiene posibilidades de recuperarse. Pero también es cierto que para demasiada gente la moneda cae siempre de cruz, independientemente de como sea lanzada. En el juego de la vida hay demasiadas cartas marcadas. 
Tiendo a dirigirme hacia las causas perdidas, hacia lo dañado y supuestamente irreparable, hacia todo aquello que nadie quiere cerca. Me siento atraído de una manera irremediable por lo que está roto, por las grietas. Me interesa la capa de mugre que no se limpia, las miradas tristes en el transporte público, la fragilidad de algunos cuerpos, las voces que se quiebran, las plantas que no crecen, los animales abandonados. Me molesta el optimismo de los que triunfan. Soy consciente de que todos guardamos dentro un abismo. Y no busco llenar el mío, solo iluminarlo, pero no sé muy bien por qué. Al perder uno ha de aprender a valorar. Al enfrentar las ausencias, podemos descubrir la fortaleza para construir algo nuevo. Cada cosa aprendida es un tributo a la impermanencia de la vida, recordándonos constantemente que lo único permanente es el cambio. 

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