Alguien sueña
con alguno de nosotros
y es soñado a su vez
por un tercero,
que es el sueño
de un sueño impreciso.
Inmersos en la somnolencia,
también nosotros soñamos
con un mundo atormentado.
Soñando,
somos un eslabón
en la fila sin comienzo
que no ha de acabar
nunca,
aunque bastaría
un solo grito
lo bastante fuerte
para despertar a medias
al primer gestor
del sueño,
quien quiera que sea
que duerme en los cimientos
de los mundos soñados.
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